Bueno la verdad es que el título lo deja muy claro; en un momento de mi vida yo creí que era una cabra en vez de un perro de pura raza ratonera. Esa época data de cuando las PITAS entraron en mi vida y claro yo las veía subirse a las piedras y me dije: Pulga... tu también puedes. Y en efecto.. lo hice y estuve mucho tiempo subiéndome a las piedras.
Desde aquella época siempre que quiero entrar en casa me asomo a la ventana de la parte de atrás para lo cual tengo que subirme a un banco.... vamos que tengo que saltar cual cabra.


Pero no os equivoquéis.. que yo soy feliz con mi estatura de pura raza ratonero...

Pobre Timón últimamente me llama muy a menudo porque hay una cosa llamada BB que le maltrata a diario... le tira del rabo, de las orejas, de las patas.... y encima luego esta LA BLOGUERA que tampoco le deja en paz... Pobre mi Timmy querido.. Si yo pudiera estar contigo... Se acordarían esos de lo que vale meterse con el mio novio. Porque por lo que sé el marido de LA BLOGUERA no le defiende casi nada. Ahora solo tiene ojos para los felinos que... por cierto también le dan palizas...

Madre mía que me disperso pensando en mi amado Timon.
Bueno mala gente ahí os dejo con vuestro aburrimiento.
Dulces besitos a todos con mi lengüita llena de babas y pelos de ratón.